Los estudiantes de Temple se reunieron en forma de un ayuntamiento el viernes 13 de junio para protestar por las últimas declaraciones de la universidad sobre la injusticia racial en Filadelfia y dentro de la comunidad de Temple. El objetivo de los organizadores era transmitir la opinión del alumnado a la universidad.
Uno de las organizadoras, Andreya Anderson, una estudiante de psicología de cuarto año, habló sobre por qué ella y sus amigas querían organizar una protesta: “Este movimiento Black Lives Matter está sucediendo, así que tenemos que hacer algo por nuestro campus para que también tengamos una cara. Para que importamos y nuestras voces importen y nuestra seguridad se tenga en cuenta.”
Otra de los organizadoras, Tahjanae Nichols, una estudiante de psicología de cuarto año, habló sobre por qué decidieron hacer de la protesta en forma de ayuntamiento: “El objetivo es realmente que escuchemos voces diferentes. Sé lo que quiero hacer, pero como si alguien pudiera tener una idea diferente, un enfoque diferente, porque todos tenemos que estar en este campus el 24 de agosto.”
Al hablar sobre las expectativas de la universidad y las expectativas del ayuntamiento, Nichols dijo: “[La universidad] nos está preparando para salir en la vida. Te estamos preparando para ser aún mejores ciudadanos, una mejor persona.”
Después que los estudiantes expresaron sus opiniones frente de sus compañeros, marcharon y gritaron consignas a lo largo del Bell Tower en las calles North 12th, W Montgomery y North 13th. Uno de los cantos incluía una versión diferente de la canción de lucha de Temple en la que decían: “Cherry and white, we’re going to fight.”
Un estudiante de segundo año Aly Camara, estudiante de contabilidad y atleta estudiantil de Temple, quiso aclarar una forma positiva de hacer un cambio, “Tomar medidas contra el discurso de odio no significa violencia. Significa denunciar a alguien, significa darles conocimiento cuando lo necesitan.”
Muchos de los estudiantes en el ayuntamiento vieron el correo electrónico del presidente Englert, pero no creen que fuera suficiente y están pidiendo que la universidad tome más acción.
Un estudiante de segundo año, Shawn Aleong, habló frente al grupo y dijo: “No podemos permitirnos ser silenciados,” en respuesta a las declaraciones de Temple.
Cuando Anderson leyó el correo electrónico, sintió que se decía poco acerca de la comunidad que rodea el campus de Temple: “Siento que deberías tener en cuenta a las personas y a la comunidad en la que estás habitando…Siento que realmente el no le prestó atención.”
Elaina Graca, un estudiante de cuarto año, cree que emplear a más personal y profesores de color ayudaría a los estudiantes a sentirse más representados en el campus: “Cada vez que sea hora de contratar a tu facultad, piensa en los estudiantes que vienen aquí y piensa por qué vienen aquí…Vienen a ver el color. Y no veo eso y no me siento representado y me hace sentir invalidado la mayor parte del tiempo.”
Sin embargo, algunos de los manifestantes están viendo las protestas y mirando hacia el futuro con esperanza.
Juliette Barasch, una estudiante de tercer año de Ciencias Políticas y Cine y Artes de Medios, cree: “Hay un gran potencial para un cambio fundamental serio y radical en este campus. Quiero decir, el hecho de que todo esto salió aquí y el gran trabajo que la gente está haciendo en Filadelfia, soy muy optimista.”
Camara enfatizó que el cambio no va a suceder de la noche a la mañana, “Las cosas no están bien, simplemente nos acostumbramos. Esto no es lo normal, solo se ha vuelto normal para nosotros…Los cambios no sucederán hoy o mañana. No van a suceder de inmediato. Sucede lentamente con el tiempo. Y cuanto más adoptemos el enfoque correcto, entonces podríamos haber cambiado porque siento que hay pasos para cambiar. Solo tenemos que dar esos pasos y no omitir ninguno.”
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