Carlos Torres Avilés, Recipiente de FEMA

Aunque ha pasado casi medio año desde que el huracán María azotó a Puerto Rico, las víctimas del huracán aún enfrentan graves problemas todavia. Muchos se vieron obligados a abandonar sus hogares y venir a los Estados Unidos después de que la tormenta de categoría 5 destruyó viviendas y causó grandes pérdidas de energía y escasezde agua por meses.

Carlos Avilés y su hijo son unos de las muchas familias que por el huracán María tuvieron que dejar su familia, casa y pertendencias. 

Avilés mencionó que su hijo de dieciseis años no quiere volver a la isla.

“Ahora queremos establanisarnos aquí y seguir con nuestras vidas,” dijo Avilés.

Carlos Torres Avilés posa para una foto.

Avilés y su hijo fueron unas de las familias que por gracias a FEMA–la organización que ayudó a los refugiados puertorriqueños a establecerse en los Estados Unidos–fueron bridado con ayudas del Hotel Windsor en Fairmont, Center City y pertenecen ahí desde el 10 de enero.

Despues de el 10 de enero, Avilés a igual que muchas familias, las cosas cambiaran.

FEMA nadamas ofrecio hospicio hasta ese día. Mucho antes, Avilés dijo que “Despues de la huracán este, nosotros teniamos 106 días durmiendo practicamente en el piso porque si nos metimo en los cuartos no pudiamos dormir por la calor.”

FEMA los llamo y dijo que su hospicio de parte de FEMA sería hasta el 14 de Febrero.

“Pues fue algo muy fuerte y que no esperabamos. Mi cumpleaños era en esa misma semana y estaba muy triste porque no sabia que esperar,” dijo Avilés.

Avilés mencionó que gracias a otras ayudas, FEMA le extendío su contrato de hospicio gratis pero nadamas hasta el 20 de Marzo. Le pregunté a Avilés que despues del 20 de Marzo que iba pasar con el y su hijo y respondío con esto,

“A la verdad que no se pero tengo fe en el señor Jesus que el si me va ayudar porque hay gente buena en Filadelfia y me considero una persona humilde que nadamas quiero el mejor para mi hijo.”

Carlos Avilés con nuestro Reportera Izamarie Camacho.
También hablamos con un Agente de Servicio al Huésped de Windsor, Benjamin Kutner-Duff quien está agradecido de trabajar en un hotel que acepta a todos, sin juzgar su situación.

“It’s important to us that all the guests, whether they’re here on vacation or if they’re here sort of on a less fun adventure maybe because they’re displaced from their homes it’s important to us that we accommodate everyone, no matter what the situation might be,” dijo Kutner-Duff.

Avilés tambien tiene fe, que cuando llegue el 20 de marzo, él y su hijo por lo menos van a tener una lugar para vivir.

Avilés dijo que siendo padre soltero, la luz de sus ojos es su hijo y quedándose en Filadelfia, le puede dar una mejor vida y seguir adelante con nuevas expectativas.

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